Los disturbios que hace algunas semanas golpearon a Londres y
otras ciudades inglesas tienen el potencial de diseminarse más allá de
las Islas Británicas. No es sólo Inglaterra que está expuesta a este
furor clasista que refleja el creciente abismo entre clases que amenaza
con socavar el capitalismo en sí mismo. Las divisiones de clases se
viene construyendo desde hace una generación, primero en Occidente pero
cada vez más en países con rápido desarrollo, como China. El creciente
abismo entre las clases tiene sus raíces en la globalización, que ha
volatilizado los empleos de los trabajadores industriales e incluso
ahora de los empleados de cuello blanco, escribe el autor y profesor
Joel Koktin en la revista Forbes (1). (Leer completa)
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