Por Claudio Pandolfi*.- El caso de Candela Rodriguez, instalado
masivamente a través de la acción de los grandes medios de prensa, ha
vuelto a poner en discusión, en sus inicios, el tema de la
(in)seguridad. Digo en “sus inicios”, porque parecería ser, con el
correr de los días, que las causas del secuestro y homicidio de Candela
nada tendrían que ver con la (in)seguridad de la cual podríamos ser
víctimas cualquieras de nosotros, sino más bien con “supuestas”
vinculaciones con el crimen organizado de parte de uno o varios
familiares de la niña. (Leer completa)
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